El 23 de Julio de 2011, Amy Winehouse falleció en su casa londinense del barrio de Camden. Por intoxicación etílica. Tan solo cinco semanas antes había ofrecido en Belgrado la primera actuación de su gira europea.
Lamentablemente, ese concierto del 18 de Junio en la capital de Serbia, se convertiría en el último de su vida. Pero no tendría que haberse celebrado nunca. Esa noche, Amy parecía perdida, hablaba con incoherencia, se tambaleaba, no recordaba la letra de las canciones, los nombres de sus músicos, ni la ciudad en la que estaba. Y lo pasó realmente mal. Amy podría haber evitado los abucheos, el sufrimiento o las críticas de los medios que calificaron su show de “escándalo”, “desastre” o “bochornoso”.
La vida de Amy Winehouse es un cuento triste con moraleja sobre los excesos de la fama y sus fatales consecuencias. Su talento único o su excepcional voz se vieron empañados, sobre todo en sus últimos años, por una espiral sin fin de adicciones, jugosos escándalos para la prensa sensacionalista, conciertos a medias o cancelados, e intentos fallidos por publicar un nuevo álbum, el siguiente a ‘‘Back to black’ de 2006. Cada vez que parecía que había progresado en su proceso de desintoxicación o regresaba al estudio, se publicaba una instantánea de Amy ebria o confundida. Y al mismo tiempo que se frustraban las esperanzas de los fans, su vida personal seguía cayendo en el caos y la destrucción.
Después de dos años sin hacer gira, Amy regresó a los escenarios en 2011. Podía pasar cualquier cosa. Sus conciertos eran un interrogante. Sus fans no sabían si Amy terminaría la actuación o directamente no se presentaría y les dejaría plantados.
Entre el 8 y el 15 de Enero de 2011, Winehouse ofreció cinco conciertos en Brasil. Ya el primero de ellos, en Florianópolis, fue un sinvivir. Mientras actuaba, olvidó la letra de las canciones algunas veces y tuvo que recibir la ayuda del público y de su banda. Parecía perdida en el escenario, tímida, tocándose la nariz constantemente y bebiendo agua sin parar de las botellas repartidas por la tarima. Al mes siguiente, en febrero, ofreció dos conciertos en Dubai. El segundo de ellos fue calificado por 'The Nation' como "su trágica penúltima actuación" y el promotor dijo que fue "como poco, decepcionante". Lo dejó a medias después de que el público la abucheara. Se la veía cansada, distraída y 'achispada'. Después de esto, sus amigos rogaron a la cantante que no siguiera con la gira.
Sin embargo, la gira siguió. Se anunciaron 12 nuevos conciertos en Europa. Su mánager, Raye Cosbert, creía que su trabajo consistía en tener a Amy sobre el escenario noche tras noche, pasara lo que pasara. Su padre, Mitch (es sabido que la disuadió de buscar tratamiento a sus adicciones) había tomado el control financiero y la responsabilidad de la gestión de su carrera. Ambos siguieron con las contrataciones después de que Amy indicara que quería hacer esos shows. El primero de ellos, el 18 de Junio de 2011 en Belgrado, Serbia, sería también el último de su vida.
Winehouse permaneció sobre el escenario durante los 45 minutos del set, pero olvidaba las palabras, olvidó los nombres de sus músicos e incluso olvidó en qué ciudad estaba. A lo largo de la noche se refirió a Atenas o a Nueva York. Según ‘The New Zealand Herald’, “Amy era incapaz de recordar la letra de sus canciones o cantar aquellas que podía recordar con alguna claridad, en lugar de eso balbuceó a su manera hits como ‘Valerie’ y ‘Just friends’. Incluso fue incapaz de hablar de forma coherente”. Las imágenes de esa actuación final se pueden encontrar fácilmente… aunque son desoladoras.
Quizá, el momento más desgarrador llegó con ‘Some unholy war’. Momentáneamente olvidó la letra y su corista, Zalon, se la susurró al oído. Ella parecía emocionada y se rompió por el hecho de verse en apuros. Pero el público ejerció una mayor presión y empezó abuchearla. Apareció en su cara una mirada perdida. Y se abrazó a sí misma conteniendo las lágrimas. Es un momento en el que transmite que se siente increíblemente sola. Finalmente, se recuperó, terminó de cantar el tema y cayó de espaldas en brazos de Zalon Thompson. Durante el resto del show su actuación estuvo desafinada y desincronizada, con Amy sentada y dejando a sus coristas que interpretaran varias canciones. Después de que abandonara el escenario, tristemente, Amy Winehouse nunca regresaría.
Los medios locales describieron el concierto de escándalo y desastre. El ministro de defensa serbio, Dragan Šutanovac, dijo que la actuación era “una enorme vergüenza y una decepción”, según publicó The Guardian. Hubo quien publicó que Winehouse fue obligada a cantar por sus guardaespaldas, que no la dejaron marcharse del escenario cuando ella intentaba hacerlo. El País titulaba: "Otra bochornosa actuación de Winehouse”. Lo que esa noche quedó claro es que Amy necesitaba ayuda urgente.
Se cancelaron los dos siguientes conciertos, en Estambul y Atenas, programados para la siguiente semana. Pero el 21 de Junio se anunció la cancelación de la gira completa, que incluía un concierto en Bilbao. Un mes después, Amy haría su última aparición en un escenario cuando su ahijada Dionne Bromfield dio un concierto en el Roundhouse en Camden y cantó una versión del clásico del R&B ‘Mama said’. Solo tres días después, el 23 de Julio de 2001, la encontraron muerta en su piso de Camden. /Con información de Los40.Com-