Cinofobia o fobia a los perros: ¿por qué aparece y cómo superarla?

La cinofobia o fobia a los perros perfila un tipo de miedo irracional y limitante que afecta a un 7 % de la población. La cifra es destacable, y si bien no es tan común como la aracnofobia (miedo a las arañas), es algo que se ve a menudo en consulta psicológica.

20cf6c2b 68c3 467a a76d e031e99f3f53 alta libre aspect ratio default 0En un mundo donde estos animales son, junto a los gatos, las mascotas preferidas, resulta difícil no encontrárselos o evitar al completo ese estímulo fóbico. De hecho, son muchas las personas que evitan, por ejemplo, visitar a ciertos amigos o familiares por el hecho de que tienen perros.

A su vez, hay casos más problemáticos. Podemos encontrar individuos que evitan salir a correr por las mañanas o frecuentar ciertos parques por el simple pavor de cruzarse a estas criaturas de cuatro patas, tan adorables para unos y aterradoras para otros.

Más allá de lo que nos pueda parecer, el mundo de las fobias es el problema psiquiátrico más frecuente. Es más, estudios como los realizados por el doctor William Eaton, del departamento de Salud Mental del Johns Hopkins, nos indican que las fobias relativas a las alturas y los animales son las más prevalentes. Casi el 15 % de las personas las sufre de por vida.

Así, lo más común en la mayoría de los casos es que tengan su inicio en la niñez. A medida que pasan los años, esos miedos irracionales no solo se intensifican, sino que pueden añadirse muchos otros. Estamos, por tanto, ante realidades psicológicas que debemos atender (y entender).

Cinofobia o fobia a los perros: síntomas, causas y estrategias de afrontamiento

Buena parte de los hogares de todo el mundo conviven con uno o más perros. Incluso, los llamamos el «mejor amigo del hombre» y no dudamos en hacer vida con ellos, tenerlos a los pies de la cama, salir a pasar de su lado, hablarles, etcétera. Algo que para muchos forma parte de su cotidianidad, para otros supone un estímulo fóbico aterrador.

No importa que sea un perro potencialmente peligroso (PPP), como el Pit Bull terrier o el Rottweiler. La persona con cinofobia o fobia a los perros teme por completo a todas las razas, grandes y pequeñas.

Asimismo, este temor no atiende a géneros o a edades, cualquiera puede sufrirlo. Incluso, es común que el trastorno se prolongue por buena parte de la vida. Veamos a continuación más datos.

Síntomas de la cinofobia o fobia a los perros

Todo tipo de fobia, además del miedo irracional y la conducta evasiva, evidencia una gran variabilidad de síntomas. Hay quien las vive de manera más paralizante y quien logra, por su parte, desenvolverse cierto dominio. No obstante, por término medio, vemos las siguientes manifestaciones:

Síntomas emocionales

  • Terror intenso y paralizante al ver un perro o escuchar sus ladridos.
  • Angustia ante la idea de encontrarse con uno.
  • Rabia cuando los demás no entienden su fobia, o bien, vergüenza cuando se ven en situaciones que otros no comprenden.

Síntomas cognitivos

  • Preocupación constante ante la idea de cruzarse con un perro.
  • Incapacidad de pensar en otra cosa cuando están delante de uno.
  • Pueden llegar a planificar por dónde pasar cada día al salir de casa. La idea es no cruzarse con ningún can.
  • Desorientación y falta de concentración.

Manifestaciones físicas

  • Taquicardia y sensación de ahogo cuando tienen ante ellos a un perro.
  • Sudoración.
  • Mareos.
  • Alteraciones digestivas y dolor de estómago
  • Tensión muscular.
  • En muchos casos, pueden llegar a sufrir ataques de pánico.

5¿Cuáles son las causas de la cinofobia o fobia a los perros?

Si nos preguntamos el por qué de la cinofobia es interesante saber un hecho: en gran parte de los casos el origen está en un condicionamiento familiar. ¿Qué significa esto?

  • Estudios, como los realizados en la Universidad de Birmingham, por ejemplo, exponen que este tipo de miedo puede transmitirse de padres a hijos.
  • A veces, hechos como el que el padre o la madre advierta a sus hijos de que los perros muerden o pueden lastimarlos, condiciona ese miedo temprano. Asimismo, el desagrado familiar hacia los perros también puede condicionar a los niños.
  • Por otro lado, también cabe hablar de los hechos traumáticos. Haber sufrido un ataque de uno de estos animales puede hacer que se desarrolle esta fobia.

Existe, no obstante, un acuerdo en que la cinofobia o miedo a los perros es un fenómeno aprendido a raíz de nuestra interacción con el ambiente.

¿Cómo se trata?

Otro dato que vale la pena comprender ante este tipo de fobia es que el miedo no siempre se supera. Son muchas las personas que no piden ayuda y que acaban derivando en trastornos de ansiedad más intensos.

Respecto a esto, es importante tomar consciencia de que toda fobia limita la calidad de vida y acaba empeorando con el tiempo. Más aún si son miedos en los que el estímulo fóbico está presente en el día día. Veamos cuáles son las estrategias más efectivas a la hora de abordar esta condición psicológica.

  • La terapia cognitivo-conductual, orientada a detectar los pensamientos irracionales y desactivarlos, puede ayudar al paciente a construir un enfoque más saludable.
  • La desensibilización sistemática permite también ir reduciendo el miedo de manera gradual al crear adecuadas habilidades de afrontamiento.
  • La terapia de exposición, por su parte, es la más idónea en el tratamiento de las fobias. Consiste en acercar a la persona al estímulo fóbico, de manera controlada, para controlar y racionalizar el miedo.
  • La terapia de realidad virtual. En la actualidad, esta tecnología ofrece grandes resultados, en especial en el tratamiento de la cinofobia o fobia a los perros.

Cabe destacar, entre otras cosas, que un modo de reducir la incidencia y aparición de este tipo de fobias es crear un buen acercamiento de los niños a los perros desde bien temprano.

La buena conexión y saber crear un entorno positivo, divertido y afectivo, reduce miedos y crea una alianza intensa de los más pequeños con los animales. /Con información de MejorConSalud-

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