¿Pagas con tarjetas de crédito, débito o efectivo? Una nueva forma de pago está sorprendiendo al mundo, pues se trata de microchips implantables.
¿Qué son y cómo funcionan? Se trata de pequeños dispositivos que se implantan en la piel y que pueden utilizarse para realizar pagos, sin contacto, en cualquier momento y en cualquier lugar.
La empresa británico-polaca Walletmor se convirtió en la primera empresa en ofrecer chips de pago NFC (comunicación de campo cercano) el año pasado, y afirma haber vendido más de 500 de ellos a clientes dispuestos.
Los chips se pueden usar en cualquier lugar que acepte pagos sin contacto y se consideren médicamente seguros. El CEO de Walletmor, Wojtek Paprota, dijo: “El implante se puede usar para pagar una bebida en la playa de Río, un café en Nueva York, un corte de pelo en París, o en su supermercado local”.
Agregó: “Los implantes de chips contienen el mismo tipo de tecnología que la gente usa a diario. Desde llaveros para desbloquear puertas, tarjetas de transporte público como la tarjeta London Oyster o tarjetas bancarias con función de pago sin contacto”.
Aquellos a los que se les ha implantado un chip dicen que obtienen reacciones ‘invaluables’ de los cajeros. Un biohacker autoproclamado de los Países Bajos, Patrick Paumen, dijo que “el procedimiento duele tanto como cuando alguien te pellizca la piel”.
Paumen, que tiene 32 implantes en total, incluso tiene imanes incrustados en las yemas de los dedos para que pueda recoger cosas con facilidad. Él dijo: “La tecnología sigue evolucionando, así que sigo recolectando más. Mis implantes aumentan mi cuerpo. No me gustaría vivir sin ellos”.
El lado oscuro de esta tecnología
Actualmente, los chips solo almacenan información localmente, no requieren una fuente de alimentación y no guardan muchos datos privados en ellos.
Sin embargo, a algunos les preocupa que puedan usarse en el futuro como una herramienta de vigilancia que rastrea a las personas.
La profesora Nada Kakabadse le dijo a la BBC: “Hay un lado oscuro de la tecnología que tiene potencial para el abuso. Para aquellos que no aman la libertad individual, abre nuevas y seductoras perspectivas para el control, la manipulación y la opresión”.
“¿Y quién posee los datos? ¿Quién tiene acceso a los datos? Y, ¿es ético ponerle un chip a la gente como hacemos con las mascotas?”. /Con información de ElFinanciero-