Un devastador incendio arrasó este miércoles un complejo residencial en Hong Kong, dejando al menos 36 muertos y más de 200 personas desaparecidas, en el peor siniestro de este tipo registrado en décadas en la ciudad. El fuego, que comenzó en los andamios de bambú instalados para reparaciones en varias torres del complejo Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, sigue activo desde la tarde del miércoles hasta la madrugada del jueves, afectando gravemente a esta densamente poblada zona de la metrópoli.
El jefe del ejecutivo de Hong Kong, John Lee, informó que 36 personas han perdido la vida y que 279 siguen desaparecidas. Además, 29 personas permanecen hospitalizadas, siete de ellas en estado crítico. Entre los fallecidos se encuentra un bombero de 37 años, hallado con graves quemaduras en el rostro y declarado muerto tras ser trasladado al hospital.
Las condiciones en el lugar continúan siendo extremadamente peligrosas. Derek Armstrong Chan, subdirector de operaciones del servicio de bomberos, señaló que las altas temperaturas impiden acceder a algunos pisos donde aún podrían encontrarse personas atrapadas. El fuego, que probablemente se propagó de un edificio a otro debido al viento y a los escombros arrastrados, mantiene a los equipos de rescate en alerta máxima, mientras se investigan las causas exactas del siniestro.
Vecinos describen escenas de angustia y desesperación. Yuen, un residente de 65 años que vive en el complejo desde hace cuatro décadas, explicó que muchos vecinos, especialmente ancianos con movilidad limitada, no supieron del incendio hasta que fueron alertados por teléfono. So, de 57 años, teme por aquellos que podrían seguir atrapados y lamenta que ya “no haya nada que se pueda hacer por la propiedad”.
El incendio fue clasificado como de categoría cinco, la alerta más alta, lo que movilizó a todos los equipos de emergencia. Las autoridades iniciaron la evacuación de dos edificios en un complejo cercano, habilitaron refugios temporales y recomendaron a los residentes de la zona permanecer en interiores, cerrando puertas y ventanas. También se cerraron tramos de autopistas cercanas para facilitar las labores de extinción.
El presidente chino, Xi Jinping, expresó sus condolencias a las familias afectadas y urgió a realizar todos los esfuerzos posibles para controlar el fuego y minimizar las pérdidas. Mientras tanto, la Asociación por los Derechos de las Víctimas de Accidentes Industriales alertó sobre los riesgos de los andamios de bambú, recordando incidentes similares ocurridos en abril, mayo y octubre.
Testigos describen columnas de humo elevándose desde al menos cinco de los ocho edificios del complejo, mientras el crujido de los andamios quemándose retumba en la noche. La tragedia deja a Hong Kong en estado de shock, mientras la ciudad espera noticias de los cientos de desaparecidos y continúa la desesperada tarea de rescate.
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