Qué difícil es juzgar un producto pensado para el día de mañana por los resultados que ofrece en el presente. Es como si en el colegio te pusieran la nota antes de hacer los exámenes. PlayStation 5 Pro es un movimiento a futuro que ha nacido con dos pruebas del algodón en mente. La primera es la más importante, GTA 6, y no llegará hasta bien entrado 2025. El juego de Rockstar Games va a suponer un salto gráfico importante y habrá que ver cómo va de rendimiento en las actuales consolas. Teniendo en cuanto que GTA 5 es el juego más vendido de la historia y que su secuela no saldrá en PC a corto plazo, no parece una mala estrategia por parte de Sony lo de garantizarse la mejor versión de un juego llamado a romper récords.
El segundo examen llegará con PlayStation 6. Esta generación ha tenido muchísimos títulos que también han salido en PS4, los llamados juegos intergeneracionales, y lamentamos bajar de su nube a quienes piensen que las cosas cambiarán en la próxima. Si las versiones para PlayStation 5 Pro de esos hipotéticos juegos next gen reducen diferencias, la consola podría permitirnos posponer el salto hasta que sea más asequible. ¿Cómo saber entonces la nota de un alumno cuya evaluación no será hasta dentro de varios trimestres?
Juzgar algo así suena injusto y posiblemente lo fuera si se tratase de un acto de fe gratuito. No es el caso. PlayStation 5 Pro sale a un precio de 799.99 euros que también se antoja injusto a tenor de sus precedentes. Una inversión semejante equilibra la balanza y exige resultados inmediatos. Necesita mejoras que no requieran de una lupa para verse y cambios reales que no sean fruto de la sugestión. La paciencia va de la mano de la gratuidad y, consciente de ello, Sony ha sacado la consola con cerca del doble de juegos optimizados de los que tuvo PS4 Pro en su día.
No vamos a entrar en la guerra de teraflops, pero sí diremos que PS5 Pro esconde más de una paradoja. Por ejemplo, es la consola más cara de la historia de Sony, pero también la que menos trae consigo. Viene sin lector de discos (se vende por separado a 119.99 euros) y sin el soporte vertical que traía el modelo original (independizado a 29.99 euros). Que sea prémium y austera a la vez resulta tan llamativo como que uno de sus principales avances no deje de ser un regreso al pasado.
Es curioso que los consoleros, quienes a menudo reniegan del PC por su supuesta dificultad de uso, hayan aceptado estos años de tan buen grado el tener que dirimir entre toda clase de opciones gráficas cada vez que empiezan un juego. PlayStation 5 Pro vuelve a sentirse como una consola y acaba a menudo con dicha decisión al fusionar los modos calidad y rendimiento en uno solo. En aquellos títulos donde sí los conserva tampoco hay opción de equivocarse. Los llamados “modos rendimiento pro” son los modos calidad de antaño, pero con mejor resrate. Adiós complicaciones, aquí siempre se gana.
Es como estar ante la generación que se nos prometió hace cuatro años. Al fin vemos el cacareado trazado de rayos, la resolución 4K y la posibilidad de jugar a 60 imágenes por segundo. Lástima que a veces estas características lleguen con letra pequeña y matices, o viendo empañada su importancia tras un último lustro en el que, al habernos dejado a medias, se ha demostrado que no son imprescindibles para disfrutar de este hobby. Pero vaya, que no seremos nosotros quienes nieguen que jugar a Horizon Forbidden West a 4K y 60 fps desencaja mandíbulas.
Aunque no resultan diferenciales y es posible que se le escapen al común de los mortales, las mejoras nos han parecido más evidentes de lo que esperábamos (sobre todo a nivel de resolución y framerate) para cualquiera que acostumbre a echar horas a la consola. Los charcos y cristales también resultan vistosos y harán que al principio os paréis ante ellos como quien se planta ante ‘La Gioconda’, pero nosotros preferimos las mejoras prácticas al ray tracing. En Marvel’s Spider-Man 2, por ejemplo, nos gustaba más la sorprendente densidad del tráfico que los espejos que recubrían los rascacielos. Usar la arquitectura con ingenio ya depende de los estudios, no de Sony.
La sensación de buscar las siete diferencias y no encontrar ninguna sí que la hemos tenido con el supuesto boost a los juegos de PS4, nada que ver con el de Xbox Series a su catálogo retrocompatible. El filtro asegura aumentar la fra de los juegos, pero es prácticamente imperceptible y se podrían haber hecho un trabajo mucho más concienzudo. Es cierto que la función le pilla a uno por sorpresa y que no se vende como una de las novedades estrellas de la consola (lo mismo que ocurre con las capturas en 8K), pero ya que está, lamentamos que sea otra oportunidad perdida para Bloodborne.
Valoración final
Negar que los juegos se ven mejor en PlayStation 5 Pro es como negar que a día de hoy las diferencias no son tan pronunciadas como para justificar su precio. A nosotros, más que por lo que hace ahora, este modelo nos ilusiona por lo que puede llegar a hacer en un 2025 con lanzamientos como Death Stranding 2 y Ghost of Yotei. De momento, los bolsillos a los que va destinada son tan selectos como su público. Experto, exigente y sobre todo, paciente. El nuevo modelo es una apuesta de futuro que puede llegar a dar muchas alegrías a los más fieles de la marca. /Con información de As-