Chelsea conquista el Mundial de Clubes 2025 con una goleada histórica ante el PSG
Chelsea conquista el Mundial de Clubes 2025 con una goleada histórica ante el PSG
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El MetLife Stadium de New Jersey fue testigo de una de las noches más sorprendentes y simbólicas del fútbol moderno: el Chelsea, cuarto de la Premier League y reciente campeón de la Conference League, se consagró campeón del Mundial de Clubes 2025 tras aplastar, sin miramientos, al todopoderoso París Saint-Germain. No fue sólo una victoria: fue un repaso inesperado, un baño de táctica, carácter y determinación que rompió todos los pronósticos y dejó al PSG sin la posibilidad de completar el codiciado 'septete'.

Porque sí, el mismo PSG que venía de golear al Atlético, al Real Madrid y al Inter de Messi en la Champions, fue desmantelado por un equipo que nadie veía venir. Pero así es el fútbol: más que estadísticas o etiquetas, se trata de momentos. Y el momento fue del Chelsea. Fue de Enzo Maresca.

El entrenador italiano, con su habitual calma de estratega, trazó un plan que desactivó al equipo de Luis Enrique desde el minuto uno. Defensa de cuatro, músculo en el centro (con Caicedo y Reece James imponiendo jerarquía), y libertad total para lanzar cuchillos al espacio. Un planteamiento que el PSG jamás supo descifrar.

Cole Palmer, el chico que el Manchester City dejó ir, firmó una actuación para la historia. En apenas media hora ya había rozado el gol, marcado dos desde dentro del área y asistido a Joao Pedro para el 3-0. A los 23 años, Palmer suma siete goles en seis finales disputadas. Números que no mienten: tiene el gen de los elegidos.

El primer tiempo fue un vendaval. Un monólogo azul. El PSG, desconectado y vulnerable, lucía irreconocible. Y aunque en la segunda parte equilibró un poco las cargas, especialmente con algunos destellos de Dembélé, el daño ya estaba hecho. El equipo parisino mostró chispazos de lo que fue durante la temporada, pero no fue su día. Ni siquiera la gran figura del torneo, el propio Dembélé, pudo cambiar la historia.

Delap, desde el banquillo, tuvo incluso opciones de ampliar la goleada, mientras que el partido se tensaba en los últimos minutos. Una acción innecesaria terminó con Joao Neves expulsado tras un altercado con Cucurella, encendiendo una chispa de tensión que nada tenía que ver con lo que el fútbol había regalado hasta ese momento.

Y sin embargo, más allá del resultado, lo que esta final deja es una gran lección: el PSG podrá ser el mejor equipo de Europa, podrá haber deslumbrado con su juego, pero hoy no fue su noche. Hoy fue la noche del Chelsea. La de Maresca. La de Palmer. La de un equipo que creyó cuando nadie lo hacía.

El futuro pinta brillante para los de Stamford Bridge. Con fichajes como Jamie Bynoe-Gittens, Estevao y un Joao Pedro que parece hecho a medida para este proyecto, el Chelsea no sólo celebró hoy un título mundial: encendió una nueva era.

Como diría cualquier amante sincero del deporte: este es el fútbol. Inesperado, crudo, mágico. Capaz de hacerte volar... o de estrellarte sin aviso.

Este artículo fue publicado originalmente en Marca y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Marca. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.marca.com/)