La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa para convertirse en una herramienta real que está transformando la manera en que se entiende y practica la medicina. En el Roche Press Day LATAM 2025, celebrado en la Ciudad de México los días 7 y 8 de octubre, expertos, científicos y líderes de salud coincidieron en un objetivo común: construir sistemas sanitarios más equitativos, sostenibles y centrados en las personas.
El encuentro giró en torno a cuatro ejes fundamentales: descentralizar la atención médica para ampliar el acceso, reconocer la salud como motor de desarrollo social, invertir en innovación con impacto humano y avanzar hacia un futuro sostenible. En este marco, Véronique Billia, especialista en Innovación Estratégica de Roche LATAM, presentó tres herramientas que reflejan cómo la tecnología puede convertirse en un puente entre la ciencia y la esperanza: Lunit, RetinIA e iBreastexam.

La IA como aliada del diagnóstico
Lunit, una empresa surcoreana, aplica la inteligencia artificial al diagnóstico por imagen. “La usamos para cáncer de mama y también para cáncer de pulmón”, explicó Billia. En muchos países emergentes, los radiólogos enfrentan grandes volúmenes de trabajo y poco tiempo por paciente. Lunit actúa entonces como un “copiloto” que analiza automáticamente cada imagen y alerta sobre posibles anomalías que el ojo humano podría pasar por alto. Esta herramienta no sustituye al especialista, pero mejora la precisión, reduce falsos negativos y brinda mayor certeza diagnóstica, especialmente en mujeres que, por falta de recursos o acceso, no se realizan chequeos anuales.
Detección temprana desde la mirada
La segunda innovación, RetinIA, permite realizar un tamizaje mediante una simple fotografía del fondo de ojo tomada con una cámara convencional. Un algoritmo analiza la imagen para detectar signos de retinopatía diabética o edema macular. En contextos donde los especialistas son escasos, esta herramienta ofrece una solución práctica: una enfermera puede tomar la foto, y el sistema determina si el paciente necesita ser referido a un oftalmólogo. De esta forma, la IA se convierte en un filtro preventivo que acerca la atención médica a comunidades donde antes no llegaba.
Tecnología portátil para la detección mamaria
La tercera herramienta, iBreastexam, desarrollada entre Estados Unidos e India, es un dispositivo portátil del tamaño de un teléfono celular. Utiliza un sensor que simula la palpación y permite detectar irregularidades en el tejido mamario. No diagnostica cáncer, pero advierte sobre la presencia de durezas que requieren evaluación adicional. “En zonas rurales, donde la prioridad diaria no es la salud sino la supervivencia, esta tecnología tiene un poder transformador. Permite que las mujeres tomen conciencia y busquen atención médica antes de que sea tarde”, destacó Billia.
Descentralizar la salud con innovación
La especialista subrayó que la IA es clave para llevar la atención sanitaria más allá de los grandes hospitales. “Para descentralizar, necesitamos tecnología”, afirmó. Roche colabora con instituciones en más de 30 países de América Latina y el Caribe entre ellos México, Perú, Chile, El Salvador, Jamaica y Brasil para adaptar estas soluciones a las realidades locales. El propósito: romper el modelo tradicional de la salud concentrada en centros urbanos y abrir camino a una medicina accesible, preventiva y equitativa.
La ciencia del futuro ya comenzó
Roche y su filial Genentech han incorporado inteligencia artificial generativa y aprendizaje automático en la investigación farmacológica. Su modelo “lab in a loop” combina datos de laboratorio y estudios clínicos para predecir objetivos terapéuticos, optimizando el desarrollo de medicamentos. Este enfoque reduce tiempos, errores y costos, acelerando la llegada de tratamientos innovadores para enfermedades de alto impacto como el Alzheimer, Parkinson, obesidad y hemofilia A.
El Centro pRED en Basilea, donde trabajan más de 1.800 científicos, encarna esta visión: un espacio de colaboración interdisciplinaria, sostenibilidad e innovación digital que potencia los descubrimientos a través de la cooperación entre laboratorios, universidades y asociaciones de pacientes.
Un futuro más humano
La inteligencia artificial no sustituye al médico ni al investigador, pero amplía sus capacidades y multiplica su alcance. Desde un consultorio rural hasta un laboratorio de vanguardia, la tecnología está ayudando a salvar vidas y a construir sistemas de salud más justos.
La medicina del futuro ya está aquí: una en la que los datos, la empatía y la innovación trabajan juntos para que la salud sea un derecho posible para todos.
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