Contaminación del aire: cuáles los 3 efectos desconocidos sobre la salud de las mujeres
Contaminación del aire: cuáles los 3 efectos desconocidos sobre la salud de las mujeres
Categoría

Casi toda la población mundial respira hoy un aire que contiene altos niveles de contaminantes. Pero no todos sufren las consecuencias por igual. Las mujeres están entre los grupos más afectados.

Ya se sabe que, de manera silenciosa, el aire contaminado puede impactar en el desarrollo de infartos, ataques cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pulmón en las personas. Ahora, tres estudios científicos llamaron la atención sobre los efectos desconocidos que se pueden desencadenar en las mujeres a mediano o largo plazo:

  1. Aumentan el riesgo de tener cáncer de mama
  2. Puede exacerbar los síntomas de la menopausia
  3. Puede subir el riesgo de osteoporosis y sufrir fracturas

Uno de los trabajos se hizo en Francia. Los investigadores del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina (INSERM) tuvieron en cuenta que la contaminación es una mezcla compleja de contaminantes procedentes de múltiples fuentes.

El estudio se basó en un estudio de casos y controles con un grupo de 5.222 mujeres con cáncer de mama y otro grupo de control. Para cada mujer, se estimó la media de la exposición anual a ocho contaminantes (como bifenilos policlorados, el dióxido de nitrógeno el, ozono, las partículas en suspensión y partículas finas).

Se utilizó un modelo que agrupa a los participantes según sus niveles de exposición y riesgo, y asigna un riesgo a cada grupo identificado.

Encontraron que las mujeres expuestas a una mayor contaminación del aire (en París y Lyon) tienen un 60% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con aquellas que viven en zonas de menor contaminación, según informaron en la revista Environment International.

Natalia Rubinstein, investigadora en cáncer de mama del Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, opinó sobre el estudio: “Me parece mucho decir que por vivir en París hay más riesgo de tener cáncer de mama. Pero igualmente el estudio es interesante en tanto demuestra una asociación positiva entre la zona en la que se vive y el nivel de contaminación del aire con el cáncer de mama. Se deberían hacer más estudios sobre los contaminantes ambientales para tener más evidencia”.

Más sofocos y cambios de humor

Durante menopausia de las mujeres (según el sexo biológico) disminuyen los niveles de estradiol y aumentan los de la hormona foliculoestimulante (FSH). Cada vez hay más pruebas de que la contaminación atmosférica puede afectar a la salud reproductiva y alterar los perfiles hormonales. Pero no estaban claras las asociaciones en mujeres en transición menopáusica.

Investigadores de la Universidad de Michigan y otras instituciones de EE.UU. analizaron las hormonas de 1.365 mujeres de mediana edad y la calidad del aire en torno a sus hogares para saber cómo afectaban ciertos contaminantes atmosféricos. Descubrieron que la exposición a dos tipos de contaminantes, el dióxido de nitrógeno y las partículas finas conocidas como PM2,5, se asociaba a una disminución adicional de los niveles de estrógeno y a un descenso más acelerado de los estrógenos durante la transición a la menopausia.

Esos cambios “podrían intensificar los síntomas de la menopausia, como sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor, problemas de sueño y de memoria”, escribieron los científicos, con el doctor Xin Wang, epidemiólogo, como primer autor en el trabajo que se publicó en la revista Science of the Total Environment.

Afecta la salud de los huesos

Además, otro grupo de investigadores en los Estados Unidos reveló que los niveles más altos de contaminantes del aire se asociaron con daños óseos, sobre todo en la columna lumbar, entre las mujeres posmenopáusicas.

Llevaron a cabo un estudio observacional prospectivo con datos del Estudio de la Iniciativa de Salud de la Mujer (WHI), que tiene diversidad étnica.

“Estos resultados ponen de manifiesto que la exposición a los óxidos de nitrógeno contribuye en gran medida a la pérdida de masa ósea en las mujeres posmenopáusicas y amplían los hallazgos anteriores sobre el daño óseo relacionado con la contaminación atmosférica”, afirmaron.

También subrayaron en el artículo publicado en la revista especializada eClinicalMedicine que los resultados “sugieren que las políticas de salud pública deberían tener como objetivo reducir la contaminación atmosférica en general, pero deberían ser más contundentes en la reducción de la exposición a los óxidos de nitrógeno”. La exposición a niveles más altos puede ocurrir cerca de cocinas de gas, al quemar madera o querosén o si una persona fuma tabaco.

Si se hacen mejoras, en particular sobre los óxidos de nitrógeno, reducirán el daño óseo en las mujeres después de la menopausia, prevendrán las fracturas óseas y reducirán la carga de los costos sanitarios asociados a la osteoporosis.

Qué implican los hallazgos

Se calcula que la contaminación del aire mata cada año a siete millones de personas en todo el mundo, según la estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero los tres estudios suman más pruebas sobre sus efectos en la salud de las mujeres.

“Cuando se habla de calidad del aire, hay que tener en cuenta que los efectos en la salud pueden manifestarse tanto a corto (efectos agudos) como a largo plazo (efectos crónicos)”, explicó a Infobae la doctora Andrea Pineda Rojas, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, que depende del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en la Argentina.

Los efectos agudos ocurren cuando se respiran concentraciones de contaminantes muy elevadas durante períodos relativamente cortos, como durante un episodio de humo. “En estos casos, las concentraciones son tan altas que la contaminación se puede ver. En cambio, los efectos crónicos son causados por la exposición prolongada, a lo largo de varios años, a concentraciones que no necesariamente son altas. Este tipo de contaminación es la que no se ve”, comentó Pineda Rojas.

Los estudios sobre contaminación del aire y la salud de las mujeres “fueron realizados utilizando datos de salud y calidad del aire de países desarrollados. “Como las concentraciones de contaminantes varían mucho espacialmente, para estudiar la relación entre la salud y la calidad del aire se necesitan datos de salud georreferenciados y mapas de concentración. De esta forma, es posible estimar qué respiran las personas que tienen una determinada enfermedad y cuál es la exposición de aquellos que no la tienen”, señaló.

En tanto, Pablo Orellano, epidemiólogo, investigador del Conicet, y líder del grupo que analiza evidencias sobre contaminación del aire para la OMS, contó a Infobae que “cada vez se hacen más estudios, y se van comprobando más enfermedades asociadas al problema ambiental. También se van entendiendo mejor los mecanismos por los que actúan los contaminantes”.

“Ahora está en auge el análisis, el efecto de una combinación de contaminantes al mismo tiempo, en lugar de cada contaminante por separado. El trabajo que hicieron los investigadores del INSERM en Francia usó esa metodología y detectó la asociación con cáncer de mama”, dijo.

“La investigación científica siempre va más rápido que la legislación, y además la sociedad tarda en adaptarse. Es probable que las evidencias actuales, si se consideran sólidas, puedan servir como argumento para mejorar la regulación de la calidad del aire en el futuro sostuvo el doctor Orellano. Lo mismo pasó con el tabaco, para cuando la legislación se adaptó las evidencias ya eran incuestionables”.

En diálogo con Infobae el doctor Richard Marcantonio, profesor adjunto de Ambiente, Paz y Asuntos Globales en el Instituto Kroc de Estudios Internacionales sobre la Paz de la Escuela Keough de Asuntos Globales en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, dijo que “la contaminación del aire hoy resta 3 años a la esperanza de vida mundial. Aún la mayoría de la gente no tiene ni idea de hasta qué punto perjudica a la salud. Por ejemplo, el cambio climático recibe mucha atención, y con razón, pero la contaminación tóxica del aire mata a muchísima más gente hoy en día y, sin embargo, recibe mucha menos atención en el discurso público”.

Por ejemplo mencionó Marcantonio, “mientras nos preparamos para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024, también llamada COP29, que se hará en noviembre en Azerbaiyán, oiremos hablar mucho en los medios de comunicación, todavía no existe un organismo comparable para la contaminación del aire”.

Lo primero que se debería hacer para reducir el problema de la contaminación del aire “es un cambio hacia más energía limpia y usar menos. Ninguna intervención es más eficaz que el simple hecho de que la gente consuma menos afirmó Marcantonio, que es autor del libro Violencia Ambiental0. Esa gente es la que consume mucho más de lo que necesita, especialmente materiales y energía. Y la gente no puede simplemente esperar que el cambio a las energías renovables sea suficiente porque también conllevan sus propios impactos ambientales. Así que menos es mejor. Y la gente tiene que exigir -y, por tanto, comprar- bienes producidos de forma justa y sostenible. Sin eso, la explotación de los pobres en los países de ingresos bajos y medios no hará más que persistir”.

Para la doctora Pineda Rojas, las mejoras tecnológicas son necesarias pero no suficientes. También “hay que mejorar el transporte público para desalentar el uso de autos particulares que es lo que se está haciendo en muchas ciudades de Europa”. Se debería renovar la flota del transporte pesado. /Con información de Infobae-