El consumo de cigarrillos electrónicos entre adolescentes se ha convertido en una preocupación mundial. Según el más reciente informe global sobre el consumo de tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos quince millones de jóvenes de entre 13 y 15 años utilizan estos dispositivos en todo el mundo. El organismo advierte que la probabilidad de que los adolescentes comiencen a vapear es nueve veces mayor que en los adultos, una tendencia que amenaza con revertir los avances alcanzados en la lucha contra el tabaquismo.

“Los cigarrillos electrónicos están alimentando una nueva ola de adicción a la nicotina”, declaró Etienne Krug, director del Departamento de Determinantes de la Salud, Promoción y Prevención de la OMS. Krug subrayó que, aunque se presentan como una alternativa “menos dañina” al tabaco tradicional, estos productos están “enganchando a los jóvenes desde edades cada vez más tempranas y poniendo en riesgo décadas de progreso en salud pública”.
El informe revela que el número total de usuarios de cigarrillos electrónicos asciende a 86 millones, concentrados en su mayoría en países de altos ingresos. Es la primera vez que la OMS publica una estimación global sobre este tipo de consumo, aunque reconoce que muchos países aún no reportan datos oficiales.
A pesar del auge del vapeo, la OMS destaca una reducción sostenida en el consumo de tabaco convencional: de 1.380 millones de fumadores a comienzos del siglo XXI (un 33,1 % de la población mundial) a 1.237 millones en 2024, equivalente al 19,5 %. Las proyecciones indican que esta cifra podría bajar al 17,4 % en 2030.
El descenso es más notable entre las mujeres del 16,5 % en 2000 al 6,6 % actual que entre los hombres, cuyo consumo pasó de casi la mitad (49,8 %) a un 32,5 %. En términos de edad, el grupo de 45 a 54 años sigue siendo el que más fuma, aunque su proporción cayó del 42,1 % al 25 %. Entre los jóvenes de 15 a 24 años, el tabaquismo también disminuyó del 20,3 % al 12,1 %.
Por regiones, Europa encabeza actualmente el consumo relativo, con un 24,1 %, seguida por América (14 %) y África (9,5 %), donde el uso del tabaco sigue siendo minoritario. En cambio, en el año 2000, el sudeste asiático era la zona con mayor prevalencia, alcanzando el 54,1 %.
El panorama entre adolescentes europeos de 13 a 15 años preocupa especialmente: hasta un 11,6 % fuma cigarrillos electrónicos, sin grandes diferencias entre niños y niñas. En ninguna región del planeta, señala el informe, las cifras bajan del 9 %.
En cuanto a los países hispanohablantes, España supera la media mundial con un 27,6 % de fumadores, y una tasa femenina del 26,2 %, casi cuatro veces el promedio global. En América Latina, los porcentajes son más bajos, aunque Chile (26,7 %) y Argentina (23,5 %) lideran la región, mientras que Paraguay (6,4 %) y Panamá (4,8 %) registran los índices más reducidos.
“La humanidad fuma menos, pero la epidemia del tabaco está lejos de terminar”, concluye la OMS. La organización advierte que la industria tabacalera ha cambiado de rostro, promoviendo nuevos productos con nicotina y utilizando estrategias de marketing cada vez más agresivas dirigidas a los jóvenes. Frente a ello, la OMS hace un llamado urgente a los gobiernos para proteger a las nuevas generaciones y actuar con decisión ante un fenómeno que amenaza con convertirse en la próxima gran crisis de salud pública.
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