El “cuello tecnológico”: la consecuencia silenciosa de la era digital en los adolescentes
El “cuello tecnológico”: la consecuencia silenciosa de la era digital en los adolescentes
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El uso constante de dispositivos electrónicos está dejando una marca visible en la salud de los adolescentes: el llamado “cuello tecnológico”, una condición que refleja el impacto físico de horas frente a pantallas y posturas inadecuadas. Lo que podría parecer un malestar pasajero es, según expertos, una señal de alerta sobre el bienestar de las nuevas generaciones.

El “cuello tecnológico” se manifiesta principalmente como dolor y rigidez en el cuello y la parte superior de la espalda, resultado de inclinar la cabeza hacia adelante y encorvar los hombros durante períodos prolongados. La doctora en fisioterapia Cate Wright, especialista en ortopedia certificada en Oklahoma City, explica que mantener esta postura de manera constante puede alterar la curvatura natural de la columna y generar complicaciones duraderas si no se corrige a tiempo.

El problema se agrava por el acceso temprano a la tecnología. Según datos de Statista citados por Newsweek, un 30% de los adolescentes obtiene su primer teléfono inteligente entre los 12 y 13 años, mientras que uno de cada cinco lo hace a los nueve. Además, el 92% de los jóvenes de 15 a 17 años tienen computadora en casa, lo que favorece largas sesiones frente a pantallas. Los jugadores de deportes electrónicos son particularmente vulnerables: cuatro de cada diez experimentan dolor regular, principalmente en cuello y espalda, tras sesiones que pueden superar las tres a cinco horas sin pausas.

Las consecuencias del “cuello tecnológico” van más allá del dolor físico. Sherry McAllister, presidenta de la Fundación para el Progreso Quiropráctico, advierte que la pérdida o inversión de la curvatura cervical puede afectar el sistema nervioso, alterando el equilibrio, la coordinación, la respiración, el sueño, el estado de ánimo y la concentración.

Cómo prevenir y corregir el cuello tecnológico

Los especialistas recomiendan incorporar hábitos saludables para reducir el riesgo de daños a largo plazo: ajustar la altura de los dispositivos al nivel de los ojos, limitar el tiempo frente a pantallas y levantarse o cambiar de postura al menos una vez por hora. Los escritorios de pie con ergonomía adecuada también son una alternativa eficaz.

Además, ciertos ejercicios posturales en casa pueden ayudar a revertir los efectos del uso excesivo de tecnología:

  • Flexión de barbilla: sentarse erguido, desplazar la barbilla hacia atrás y mantener la nariz al frente durante cinco segundos; repetir 20 veces.
  • Extensión cervical: entrelazar los dedos detrás del cuello, mirar suavemente al techo y repetir hasta 20 veces.
  • Extensión torácica: levantar los brazos por encima de la cabeza y estirar la espalda sobre una silla baja, o colocar un rodillo de espuma entre los omóplatos; mantener cinco segundos y repetir 20 veces.

Incorporar estos hábitos y ejercicios no solo alivia el dolor inmediato, sino que contribuye a prevenir problemas posturales y neurológicos futuros, protegiendo la salud de los adolescentes en un mundo cada vez más digital.

Este artículo fue publicado originalmente en Infobae y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Infobae. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.infoabe.com).