En los últimos ocho años, el desplazamiento forzado por violencia ha afectado gravemente a los pueblos indígenas y afro-hondureños, según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH).
Entre 2016 y 2023, se atendieron unas 180 quejas, con 42 casos solo en 2023. La mayoría de las víctimas eran indígenas y afrohondureños defendiendo sus derechos a la tierra y el ambiente. Los pueblos más afectados fueron los Miskitus (76%), Garífunas (17%), Lencas (5%) y Negros de Habla Inglesa (2%).
Las regiones más impactadas incluyen Atlántida, Colón, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Olancho y Valle. Los desplazamientos fueron causados por amenazas, asesinatos, extorsión