‘El Juego del Calamar 3’: el impactante final que redefine la serie
‘El Juego del Calamar 3’: el impactante final que redefine la serie
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El viernes 27 de junio, Netflix liberó los seis episodios finales de El Juego del Calamar, cerrando así la historia de Seong Gi-hun, el jugador 456 que, con su humanidad a cuestas, se convirtió en símbolo de resistencia dentro de un sistema despiadado. Esta tercera temporada marca no solo el desenlace de una de las series más impactantes de la historia reciente del streaming, sino también una despedida cargada de emoción, sacrificio y un tenue rayo de esperanza.

Advertencia: este artículo contiene spoilers de la temporada 3.

El último juego: una elección imposible

En el episodio final, el juego culminante desafía la moral de los concursantes más allá del dolor físico: desde torres elevadas, deben empujarse unos a otros hasta que solo quede uno. En medio de ese escenario brutal, Gi-hun se enfrenta a una elección que define toda su evolución: la única forma de ganar es eliminando a la bebé de Jun-hee, nacida durante el desarrollo del juego.

Pero Gi-hun no puede. No lo permite su conciencia ni su pasado. En lugar de asegurar su victoria, elige sacrificarse, entregando su vida para que la niña sobreviva. “Es como si estuviera mirando a su propia hija”, explicó Lee Jung-jae en una entrevista con Tudum, aludiendo a la conexión emocional que define la última decisión de su personaje.

Una semilla de esperanza en medio del horror

El creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, reveló que este desenlace buscaba romper con el fatalismo que había marcado gran parte de la historia. Inspirado en películas como Children of Men de Alfonso Cuarón, donde una niña representa la esperanza en un mundo destruido, Hwang construyó un final donde el gesto de un hombre uno quebrado por el sistema siembra una posibilidad para el futuro.

"Quizá aún tengamos una oportunidad si somos capaces de encontrar aunque sea un atisbo de esperanza en nuestro interior", expresó el director, subrayando que, aunque el mundo parezca condenado a la repetición de su violencia, la compasión aún puede florecer incluso en los rincones más oscuros.

El Front Man: redención y continuidad del ciclo

Otra figura clave en este desenlace es el Front Man, interpretado por Lee Byung-hun. Luego del sacrificio de Gi-hun, el enigmático líder del juego adopta un papel inesperado: cuida de la bebé, y seis meses después, la entrega junto con el dinero del premio al hermano del detective Jun-ho, dejando entrever que, tal vez, en él también sobrevive una chispa de humanidad.

Además, viaja a Los Ángeles para entregar personalmente a la hija de Gi-hun el dinero ganado en la primera temporada, cerrando así un ciclo de deudas emocionales pendientes. “Aún hay un pedazo de benevolencia en su interior”, comentó el actor sobre la complejidad del personaje, cuyas decisiones, si bien ambiguas, reflejan el impacto del sacrificio que presenció.

Lee Jung-jae, entre bromas, añadió: “Gi-hun estaría tan enojado que se levantaría de su tumba y saltaría del ataúd”, al saber que el Front Man usó su dinero.

Un sistema que no se detiene

Sin embargo, el final no es del todo liberador. En la última escena, una figura femenina un sorprendente cameo de Cate Blanchett inicia un nuevo juego con otro hombre desesperado. La máquina sigue en marcha. El espectáculo continúa. A pesar de las victorias individuales, el sistema se adapta, sobrevive y encuentra nuevas formas de perpetuar la violencia disfrazada de oportunidad.

La pregunta que queda

El mundo sigue como antes, por más noble que sea el sacrificio de algunos”, reflexiona Lee Byung-hun, poniendo el dedo sobre la herida que siempre ha estado en el centro de la serie: la indiferencia de una sociedad construida sobre la competencia y la desigualdad.La pregunta que queda

El Juego del Calamar no cierra con una respuesta, sino con una pregunta que resuena más allá de la pantalla: ¿en un mundo obsesionado con ganar, somos capaces de ofrecerle algo mejor a la próxima generación?

En ese interrogante se encierra el verdadero final de la serie. Porque el sacrificio de Gi-hun no fue solo por una niña, sino por la esperanza misma de que exista un mañana donde no haya juegos, ni torres, ni muertes para sobrevivir.

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Este artículo fue publicado originalmente en Concierto y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Concierto. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.concierto.cl/)