El secreto mejor guardado del té estaba en sus genes
El secreto mejor guardado del té estaba en sus genes
Categoría

Un descubrimiento realizado en China podría transformar la forma en que se cultiva y produce té en todo el mundo. Un grupo de investigadores identificó un gen que determina el tamaño de los brotes jóvenes de la planta de té, un detalle decisivo para la calidad de la infusión que millones de personas consumen cada día. El estudio fue publicado en Horticulture Research.

El gen, llamado CsKNOX6, actúa como un regulador natural del crecimiento en la Camellia sinensis. Su función es tan específica como poderosa: controla cuán grandes serán los brotes, un rasgo que define tanto la cantidad de hojas que pueden cosechar los productores como el sabor, textura y nivel de calidad que llegará finalmente a la taza.

El tamaño de un brote, la clave del sabor

Los brotes pequeños suelen ser sinónimo de tés más delicados y premium; los brotes más grandes permiten cosechar más hojas y abaratar costos. Hasta ahora, los productores podían influir relativamente poco en ese crecimiento, condicionado por el clima, la región y los métodos de cosecha. Pero este hallazgo abre una puerta completamente nueva.

El estudio, basado en el análisis de 280 variantes de plantas de té, combinó tecnología de imagen con fenotipado digital para medir largo, ancho, perímetro y superficie de los brotes con una precisión nunca antes alcanzada. Luego, el equipo comparó estas características con el ADN de cada planta. Fue así como confirmaron que CsKNOX6 ubicado en el cromosoma 10 actúa como un “freno biológico” del crecimiento.

Para comprobar su función, los científicos introdujeron el gen en la planta modelo Arabidopsis thaliana. El resultado fue contundente: las hojas apenas alcanzaron el 13% del tamaño normal, demostrando que este gen limita de forma directa el desarrollo de los órganos verdes.

Un avance que conecta ciencia, tradición y futuro

“El tamaño de los brotes define la cantidad y la calidad del té que se produce”, explicaron los investigadores. Y ahora, por primera vez, tienen una guía genética clara para seleccionar o mejorar plantas según las necesidades de cada región o productor.

Este descubrimiento beneficia a toda la cadena del té:

  • Los agricultores podrán elegir variedades con brotes más grandes para mecanizar la cosecha y reducir costos.
  • Los productores premium podrán optar por brotes pequeños que den vida a tés de alta calidad, recolectados a mano.
  • Los consumidores recibirán infusiones mejor adaptadas a sus gustos, métodos de preparación y niveles de intensidad.

Además, el uso de fenotipado digital una técnica que combina imágenes, software y análisis masivo de datos marca un salto tecnológico en un cultivo tradicional. Permite estudiar miles de plantas en poco tiempo, sin errores humanos y con una precisión que impulsa la creación de nuevas variedades.

El siguiente paso será aplicar estas herramientas directamente sobre plantas adultas de té, un desafío mayor debido a su naturaleza leñosa y longevidad. Sin embargo, los científicos confían en que, con el tiempo, será posible desarrollar cultivos ajustados exactamente al tamaño de brote ideal para cada enfoque productivo.

Un nuevo capítulo para una bebida milenaria

El té, la segunda bebida más consumida del mundo después del agua, entra así en una nueva era. La genética y la tecnología empiezan a moldear con precisión aquello que por siglos dependió del clima, la tradición y la experiencia humana.

Este hallazgo no solo amplía el conocimiento científico: acerca el trabajo de laboratorio a la vida cotidiana. Cada taza que se prepara en cualquier rincón del planeta podría, en el futuro, llevar impresa la huella de este pequeño gen que, silenciosamente, define mucho más que el tamaño de un brote.

Este artículo fue publicado originalmente en Infobae y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Infobae. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.infoabe.com).