Tras su elección como nuevo líder de la Iglesia Católica, el Papa León XIV se dirigió por primera vez a los fieles desde el icónico balcón central de la Basílica de San Pedro.
Con un tono sereno pero firme, el pontífice expresó su agradecimiento por la confianza depositada en él por el Colegio Cardenalicio, y ofreció una oración por el Papa emérito y por el futuro de la Iglesia. Sus primeras palabras estuvieron marcadas por un llamado a la unidad y a la reconciliación en un mundo fragmentado por la desigualdad, los conflictos y la indiferencia espiritual.
León XIV enfatizó que su pontificado buscará tender puentes, promover el diálogo y acercar la Iglesia a los más vulnerables. “No vengo a gobernar, sino a servir”, dijo con humildad, asegurando que su misión será caminar junto al pueblo de Dios, especialmente al lado de quienes sufren en silencio.
También dedicó un momento a saludar a las comunidades católicas de todo el mundo, en especial a América Latina y a los migrantes, un gesto que no pasó desapercibido.
Antes de impartir la tradicional bendición *urbi et orbi*, el nuevo Papa pidió oraciones no solo por él, sino por todos aquellos que tienen la responsabilidad de liderar con justicia y compasión.
Su discurso inicial, breve, donde además dijo palabras en español, estuvo cargado de simbolismo, marcó el inicio de un pontificado que promete cercanía, diálogo y reforma dentro de la Iglesia. La plaza de San Pedro respondió con una ovación, en un momento histórico que quedó grabado en los corazones de millones de fieles./Con información de EFE-