Especialistas alertan sobre el aumento de cáncer de piel en jóvenes
Especialistas alertan sobre el aumento de cáncer de piel en jóvenes
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Durante décadas, el cáncer de piel ha sido una de las formas más frecuentes de cáncer en el mundo, pero en los últimos años ha comenzado a mostrar un nuevo rostro: el de los jóvenes. Lejos de ser un problema exclusivo de quienes han acumulado años de exposición solar, esta enfermedad ha comenzado a manifestarse con fuerza en personas menores de 30 años, especialmente en mujeres, lo que ha encendido las alarmas entre especialistas y ha puesto en tela de juicio las estrategias tradicionales de prevención.

El melanoma, la variante más agresiva y letal del cáncer de piel, avanza sin tregua en las nuevas generaciones. Según informó la revista TIME, su incidencia en jóvenes está creciendo más rápido que en cualquier otro grupo etario. El fenómeno preocupa por su impacto silencioso, muchas veces inadvertido, y porque desmitifica la idea de que esta enfermedad solo se origina por años de exposición directa al sol.

No todo se trata del sol

La ciencia ya no sostiene que el sol es el único culpable. Aunque la radiación ultravioleta (UV) sigue siendo el principal factor de riesgo, hoy se sabe que el cáncer de piel puede aparecer en zonas del cuerpo que rara vez ven la luz solar: palmas de las manos, plantas de los pies, genitales, glúteos, cuero cabelludo, debajo de las uñas, e incluso en la mucosa de la boca o la nariz.

El doctor David C. Reid, jefe de dermatología del Rush University Medical Center de Chicago, explica que las áreas que más sufren daño acumulado por el sol son rostro, orejas, cuello, pecho y manos, pero subraya que eso no descarta la aparición de tumores en otras regiones. Por su parte, la doctora Kathleen Suozzi, del Yale Cancer Center, insiste en que muchos se sorprenden al descubrir que incluso zonas protegidas están expuestas sin saberlo.

Más allá de la herencia del sol: otros riesgos invisibles

Factores como la genética, la inmunosupresión (en personas con trasplantes), la inflamación crónica y la exposición a productos químicos industriales también elevan el riesgo. Incluso algunos virus, como el VPH, están vinculados con tumores cutáneos en áreas genitales. El doctor Anthony Rossi, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, recuerda que el VPH no se transmite solo por vía sexual, y su presencia silenciosa puede convertirse en una amenaza real.

Una práctica que no ha perdido vigencia aunque debería es el bronceado artificial. Las camas solares y lámparas de bronceado incrementan hasta en un 83% el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer de piel, y su popularidad entre los jóvenes podría estar detrás del repunte de casos de melanoma.

Tres rostros de una misma enfermedad

El cáncer de piel se presenta en tres formas principales:

  • El carcinoma basocelular, el más común, suele afectar áreas expuestas como la nariz, los labios o el cuello. Aunque no es agresivo, puede causar complicaciones si no se trata a tiempo.
  • El carcinoma escamocelular, más invasivo, también aparece en zonas expuestas, pero puede desarrollarse en cicatrices o úlceras, incluso sin exposición solar. Su detección oportuna garantiza un tratamiento eficaz.
  • El melanoma, el más letal, tiene la capacidad de diseminarse rápidamente a órganos vitales. Puede surgir en la espalda, el pecho, las piernas o incluso en lugares tan insospechados como el ojo o dentro de la boca.

Prevenir con conciencia, proteger con hábito

La mejor defensa sigue siendo la prevención. Usar protector solar de amplio espectro SPF 30 o más todos los días, incluso en días nublados o dentro del automóvil, es crucial. Se debe reaplicar cada dos horas al estar al aire libre, utilizando la cantidad adecuada para una cobertura completa. Ropa con protección UV, sombreros de ala ancha y gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB complementan esta barrera esencial.

Consultar el índice UV diario es una práctica sencilla que ayuda a tomar decisiones inteligentes: cuando supera el nivel 3, conviene buscar sombra, usar protección extra o evitar la exposición en las horas más intensas. Evitar las camas solares y reducir la radiación en procedimientos estéticos, como manicuras con gel, también son acciones clave.

El valor de conocerse la piel

La detección temprana salva vidas. Una autoexploración mensual con atención a toda la superficie corporal, incluidos cuero cabelludo, uñas y zonas genitales puede marcar la diferencia. En este ejercicio personal de vigilancia, el método ABCDE es el mejor aliado: Asimetría, Bordes irregulares, Color variado, Diámetro mayor a 6 mm y Evolución en tamaño o forma son señales que no deben ignorarse.

También hay que prestar atención a bultos perlados, heridas que no cicatrizan, manchas escamosas o áreas rugosas que sangran: pueden ser síntomas de carcinomas. Cualquier cambio persistente, por más pequeño o aislado que parezca, merece una consulta dermatológica.

Mirarse a tiempo es salvarse

Un diagnóstico a tiempo puede ser la diferencia entre un tratamiento eficaz y una lucha cuesta arriba. Las revisiones dermatológicas anuales permiten detectar lesiones sospechosas antes de que evolucionen. La ciencia ha avanzado, pero sigue siendo la vigilancia constante y el compromiso con nuestra salud lo que marca la diferencia.

El cáncer de piel ya no es un problema de otros ni de adultos mayores. Está aquí, entre los jóvenes, silencioso y creciente. Pero también puede ser prevenido, detectado y vencido. Basta con mirarse con atención, protegerse con conciencia y actuar sin miedo ante cualquier duda. Porque el mejor tratamiento sigue siendo, y seguirá siendo siempre, la detección temprana.

Este artículo fue publicado originalmente en Infobae y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Infobae. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.infoabe.com).