Este jueves 4 de septiembre, en su natal Milán, falleció a los 91 años Giorgio Armani, el hombre que transformó la moda italiana en un referente mundial. Murió acompañado de su familia y de Leo Dell'Orco, su compañero de vida durante las últimas dos décadas. La noticia fue confirmada por el Grupo Armani, la casa que fundó y convirtió en uno de los emblemas de la elegancia universal.

“Con profundo pesar, el Grupo Armani anuncia el fallecimiento de su creador, fundador e incansable impulsor: Giorgio Armani”, expresó la firma en un comunicado oficial, con el que rindió homenaje a uno de los últimos grandes talentos de la época dorada de la moda.
Nacido en Piacenza, Italia, Armani revolucionó la sastrería y el vestir contemporáneo con su estilo sobrio, refinado y atemporal. Su visión traspasó fronteras, convirtiéndose no solo en un ícono de la moda, sino también en un símbolo cultural que marcó generaciones y vistió a las más grandes estrellas del cine, la música y el deporte.
La lucha con su salud en los últimos años
Aunque la causa de su muerte no ha sido precisada, Armani atravesó en los últimos meses diversas complicaciones médicas. Antes de cumplir los 91 años, sufrió una infección pulmonar que lo llevó a hospitalizarse y que, tras recibir tratamiento, lo obligó a guardar reposo en su residencia de via Borgonuovo, en el corazón de Milán.
Ese episodio le impidió asistir al desfile de junio, una cita a la que nunca había faltado desde la fundación de su imperio. No era la primera vez que su salud generaba preocupación: en 2024 también estuvo ausente de sus desfiles tras una hospitalización, aunque entonces se mostró públicamente para tranquilizar a seguidores y colegas, asegurando con firmeza: “Estoy bien”.
Días antes de su fallecimiento había experimentado un malestar estomacal que, en un inicio, no parecía revestir gravedad. Incluso se informó que había retomado sus comidas habituales y mantenía contacto telefónico con sus más cercanos.
Un legado inmortal
Con su partida, el mundo pierde a un creador irrepetible que cambió las reglas de la moda y que llevó la etiqueta “Made in Italy” a su máxima expresión. Su legado queda grabado en la historia de la elegancia, en los pasillos de su casa matriz en Milán y en cada prenda que transformó en un símbolo de sofisticación.
Armani no solo diseñó ropa: diseñó una forma de entender la vida. Y aunque su figura se apague físicamente, su nombre seguirá brillando como sinónimo de estilo eterno.
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