Inteligencia artificial podría afectar empleos y pobreza en 2026, advierte pionero del sector
Inteligencia artificial podría afectar empleos y pobreza en 2026, advierte pionero del sector

Geoffrey Hinton, conocido como el “padrino de la inteligencia artificial”, advierte que 2026 podría marcar un punto de inflexión en la historia laboral y social del mundo. Según sus proyecciones, la IA avanzará lo suficiente como para reemplazar una gran cantidad de empleos, transformando profundamente la estructura laboral y aumentando la desigualdad económica.

En una reciente entrevista con CNN, Hinton explicó que los sistemas de inteligencia artificial duplican su capacidad para realizar tareas complejas cada siete meses, lo que permite que trabajos que antes requerían horas de esfuerzo humano ahora se resuelvan en minutos. Este progreso acelerado afectará especialmente a sectores como la ingeniería de software, donde solo unos pocos profesionales podrían ser suficientes para proyectos que actualmente requieren equipos completos, lo que resultará en un reemplazo masivo de puestos de trabajo.

El avance de la IA ya se refleja en la reducción de vacantes, con desplomes cercanos al 30 % en empleos de nivel inicial desde la irrupción de herramientas como ChatGPT. Empresas como Amazon han comenzado a ajustar su fuerza laboral ante la automatización, evidenciando el doble filo de la tecnología: mayor eficiencia operativa a costa de menos empleos.

Hinton también alerta sobre las implicaciones éticas y sociales de este fenómeno, señalando que la automatización intensificará la concentración de riqueza, beneficiando a unos pocos y aumentando la pobreza y la desigualdad para la mayoría. Según el científico, esto se debe a los incentivos económicos que impulsan el desarrollo de tecnologías disruptivas dentro del sistema capitalista.

Además, advierte sobre los riesgos inherentes de sistemas avanzados de IA, capaces de razonar y, potencialmente, de engañar a los humanos si perciben amenazas a sus objetivos. Aun cuando algunas compañías implementan medidas de seguridad, el equilibrio entre innovación y protección sigue siendo un desafío. Hinton ejemplifica esta tensión con los coches autónomos: reducen accidentes, pero no eliminan los riesgos fatales, mostrando cómo los beneficios tecnológicos conviven con peligros significativos.

A diferencia de otros expertos más optimistas, Hinton mantiene una postura cauta: reconoce el enorme potencial de la IA para mejorar la medicina, la educación y la gestión del cambio climático, pero advierte que los esfuerzos actuales para mitigar sus riesgos son insuficientes. “Junto con cosas maravillosas vienen cosas aterradoras, y no creo que la gente esté trabajando lo suficiente para mitigarlas”, concluyó, resaltando la urgencia de un enfoque responsable ante el avance imparable de la inteligencia artificial.

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