¿La Inteligencia Artificial está reemplazando nuestra creatividad?
¿La Inteligencia Artificial está reemplazando nuestra creatividad?

La inteligencia artificial (IA) se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana, desde la educación hasta el trabajo y el ocio. Herramientas como ChatGPT han acelerado su adopción, generando expectativas y preocupaciones sobre su impacto en la creatividad humana. Mientras algunos temen que las máquinas sustituyan el ingenio y la imaginación, otros consideran que la IA es una aliada para optimizar procesos y desbloquear nuevas ideas, según señala Mariana Sofía Jiménez Nájera en un artículo del Observatorio del IFE.

La creatividad, definida por la California State University, Northridge, es la capacidad de generar ideas, soluciones y expresiones originales, influida por la experiencia, la cultura y la imaginación individual. La IA, por su parte, según IBM, simula procesos de inteligencia humana para resolver problemas. Dentro de este campo, la IA generativa ha irrumpido con fuerza en industrias creativas como la música, el arte, el diseño gráfico y la escritura, ofreciendo posibilidades antes inimaginables.

Sin embargo, su potencial tiene límites. La IA generativa no crea desde cero; combina y reorganiza información ya existente. Esto produce resultados útiles pero a menudo genéricos, carentes de la profundidad emocional y la intuición que caracterizan la creatividad humana. La dependencia excesiva de estas herramientas podría incluso afectar habilidades críticas, advierte Jiménez Nájera.

Investigaciones recientes de la Universidad de Maryland muestran que muchos modelos de IA no verifican la exactitud de la información que generan, lo que puede conducir a errores o desinformación. Además, el uso de contenido generado por IA plantea dilemas éticos, incluyendo la posible apropiación indebida de obras de otros creadores y riesgos de plagio.

En el ámbito educativo, el uso desmedido de la IA generativa puede fomentar la procrastinación, debilitar la memoria y afectar el rendimiento académico. También puede reducir la capacidad de tomar decisiones autónomas y limitar el pensamiento crítico.

No obstante, la IA puede ser un aliado poderoso si se utiliza con criterio. Definir su propósito dentro del proceso creativo es clave: superar bloqueos, inspirarse, organizar ideas o automatizar tareas repetitivas, liberando tiempo para enfocarse en la verdadera innovación. Como señalan Eapen y colaboradores en 2023, “el gran potencial de las IA generativas no es reemplazar a los humanos, sino asistir sus esfuerzos para crear soluciones inimaginables”.

La IA sigue dependiendo del conocimiento humano y puede reflejar sesgos o errores. Por ello, no debe considerarse una fuente de verdad absoluta, sino una herramienta que complementa el juicio, la experiencia y la sensibilidad humana.

En definitiva, la creatividad humana sigue siendo insustituible. Nuestra capacidad de comprender contextos sociales, culturales y emocionales nos convierte en agentes únicos en cualquier proceso creativo. La IA debe verse como un asistente, no un sustituto: un aliado que potencia nuestro ingenio, sin reemplazar la chispa intransferible que nos hace humanos.

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