En una sociedad donde tener un apartamento es sinónimo de éxito, Mis 84 m² llega a Netflix para poner en jaque esa aspiración. Este nuevo thriller surcoreano, dirigido por Kim Tae-joon y Sharon S. Park, combina humor negro, crítica social y elementos de terror psicológico para contar la historia de un hombre que, en su afán por cumplir el sueño de tener casa propia, termina atrapado en una pesadilla de muros que escuchan, vecinos hostiles y secretos insondables.

La película, protagonizada por Kang Ha-neul (Cuando la camelia florece), sigue a Noh Woo-sung, un oficinista común que invierte todos sus ahorros en un moderno apartamento de 84 metros cuadrados. Lo que parece el comienzo de una nueva vida pronto se transforma en un descenso a la paranoia: ruidos inexplicables, miradas amenazantes y una comunidad que parece ocultar algo más que simples manías. La convivencia se vuelve insostenible y, con ella, la estabilidad emocional del protagonista se desmorona.
Con una duración de dos horas, el film no solo mantiene en vilo al espectador con su tensión creciente, sino que también lanza una crítica contundente al sistema inmobiliario surcoreano: un mercado implacable donde el tamaño del apartamento simboliza el estatus social, y donde los jóvenes sacrifican bienestar y salud mental por un ideal cada vez más inalcanzable.
El elenco lo completan Yeom Hye-ran (La chica enmascarada), Seo Hyun-woo (La decisión de partir) y Jeon Jin-oh (Las hermanas), en actuaciones que aportan densidad al retrato de una comunidad tan opresiva como simbólica.
La crítica ha sido diversa. Desde Marie Claire destacan su potente premisa y su capacidad para representar una sociedad atrapada en una competencia constante por “los metros cuadrados perfectos”. Rama’s Screen elogia su tono oscuro y su narrativa absorbente, mientras que otros medios como Midgard Times señalan que, en su afán de abarcar tanto terror como sátira, la película a veces pierde el rumbo y el equilibrio.
Aun así, Mis 84 m² se suma con fuerza al catálogo de cine surcoreano que ha conquistado al público global desde el fenómeno Parásitos. Con su mezcla de crítica social, suspenso psicológico y un simbolismo tan claustrofóbico como inquietante, esta cinta nos recuerda que, a veces, el verdadero terror no está afuera… sino justo dentro de las cuatro paredes que llamamos hogar.
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