La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, vuelve a colocarse en el centro de la investigación médica internacional. Más allá de su reconocido papel en el sistema inmunológico, estudios recientes muestran que este nutriente tiene efectos significativos sobre la salud cardiovascular, cerebral, ósea, dental y muscular, convirtiéndose en un aliado clave para la prevención de enfermedades y el bienestar general.
El interés aumenta especialmente en regiones con poca exposición solar, donde los niveles de vitamina D suelen estar por debajo de lo recomendado, y en grupos de mayor riesgo, como adultos mayores, mujeres embarazadas o en lactancia.

1. Corazón más fuerte
Investigadores de Intermountain Health, en Salt Lake City, analizaron pacientes que habían sufrido un infarto y ajustaron la suplementación de vitamina D3 hasta alcanzar niveles óptimos en sangre. Los resultados fueron sorprendentes: la probabilidad de un nuevo episodio cardíaco se redujo en un 50%. Heidi May, epidemióloga cardiovascular y líder del estudio, aseguró que no se observaron efectos adversos con las dosis más altas administradas. Además, revisiones científicas sugieren que la vitamina D podría jugar un papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares y en la recuperación tras accidentes cerebrovasculares.
2. Cerebro protegido
El profesor David Llewellyn, de la Universidad de Exeter, destaca que la vitamina D ofrece una protección significativa contra la demencia y el Alzheimer. En un estudio con más de 1.600 participantes, quienes tenían deficiencia leve de vitamina D tenían un 53% más de probabilidades de desarrollar demencia y un 69% más de Alzheimer; en casos graves, el riesgo se duplicaba. La vitamina D atraviesa la barrera hematoencefálica y se une a receptores en todo el cerebro, contribuyendo a reducir la inflamación, el estrés oxidativo y la acumulación de proteínas asociadas al Alzheimer.
3. Huesos más fuertes
El papel de la vitamina D en la salud ósea está ampliamente respaldado. Según el Dr. Roger Henderson, médico general británico, la forma activa de la vitamina D, calcitriol, aumenta la absorción de calcio y fosfato, esenciales para la mineralización ósea. Estudios recientes muestran que la suplementación en adultos mayores con niveles bajos disminuye significativamente el riesgo de caídas, reforzando la importancia de este nutriente en la prevención de fracturas y en el mantenimiento de la densidad ósea.
4. Sonrisa saludable
La vitamina D también influye en la salud bucal. Valores bajos se relacionan con caries, mineralización deficiente y recuperación más lenta tras intervenciones dentales. La deficiencia aumenta el riesgo de periodontitis, mientras que la vitamina D contribuye al metabolismo del calcio y el fosfato, ejerce efectos antiinflamatorios y antimicrobianos, fortaleciendo los dientes y el tejido oral.
5. Fuerza muscular
La función muscular depende de niveles adecuados de vitamina D. Estudios muestran que la suplementación mejora la fuerza en adultos mayores con deficiencia, mientras que la falta de este nutriente aumenta en un 70% el riesgo de dinapenia, la pérdida de fuerza asociada al envejecimiento. La vitamina D interviene en la contracción muscular, el transporte de calcio y la reducción de inflamación, elementos esenciales para mantener movilidad y rendimiento físico.
Recomendaciones y fuentes naturales
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido establece una ingesta diaria de 10 microgramos (600 UI) para niños, adolescentes y adultos, con ajustes específicos para embarazo, lactancia y mayores de 70 años. El exceso de vitamina D puede provocar hipercalcemia, con síntomas como náuseas, debilidad, cálculos renales y alteraciones cardíacas.
Entre las principales fuentes alimenticias destacan los pescados grasos como salmón, caballa, sardinas y arenque, así como la yema de huevo. Alimentos fortificados como leche y cereales de desayuno también aportan dosis adicionales de este nutriente vital.
La evidencia científica es clara: mantener niveles óptimos de vitamina D no solo fortalece los huesos, sino que protege el corazón, potencia la función cerebral, mejora la fuerza muscular y cuida la salud bucal, convirtiéndose en un aliado imprescindible para una vida saludable y activa.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Infobae. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.infoabe.com).