La evidencia científica sobre el párkinson atraviesa un momento crítico. Según los renombrados médicos estadounidenses Ray Dorsey y Michael Okun, el aumento de casos a nivel mundial ya se asemeja a una “pandemia del párkinson”, impulsada en gran parte por factores ambientales presentes en productos de uso diario. El Estudio sobre la Carga Global de Enfermedades estimó que en 2021 había 11,8 millones de personas afectadas, casi el doble que seis años antes, y preocupa especialmente el incremento de diagnósticos en personas jóvenes, entre 30 y 40 años.

Dorsey y Okun insisten en que esta enfermedad no es un efecto inevitable del envejecimiento: “Es antinatural. No es inevitable, es prevenible”, afirman, señalando que los principales riesgos provienen del entorno, en particular de pesticidas, disolventes industriales y compuestos químicos presentes en alimentos, agua y aire. En su libro El plan de Parkinson: un nuevo camino hacia la prevención y el tratamiento, los especialistas proponen medidas concretas que podrían reducir la exposición a estos factores de riesgo y proteger la salud neuronal.

1. Lavar frutas y verduras en profundidad
No basta con agua corriente. Dorsey recomienda lavarlas con agua y jabón durante más de 30 segundos, e incluso utilizar soluciones con vinagre o sal, ya que algunos pesticidas relacionados con el párkinson se disuelven en la grasa. Incluso los productos orgánicos pueden contener residuos, sobre todo si provienen de países con normas menos estrictas.

2. Adoptar una dieta mediterránea
Un patrón alimentario rico en frutas y verduras y bajo en productos animales puede asociarse a un menor riesgo. La reducción del consumo de carne expuesta a pesticidas y la ingesta de antioxidantes contribuyen a este efecto protector. Se aconseja incluso elegir vino orgánico, debido a la contaminación detectada en algunas variedades convencionales.

3. Ejercicio regular e intenso
El movimiento actúa como un escudo neuronal. Okun recomienda actividad intensa al menos tres veces por semana y alcanzar entre 7.000 y 7.500 pasos diarios, ya que el ejercicio libera factores de crecimiento que protegen las neuronas productoras de dopamina.

4. Priorizar el descanso nocturno reparador
Dormir bien permite que el cerebro elimine toxinas, como la alfa-sinucleína. “Imagina tu cerebro como una obra en construcción: por la noche llegan camiones y se llevan toda la basura”, explica Okun, mientras Dorsey lo define como un “lavadero de energía” para el sistema nervioso.

5. Consumir café con cafeína diariamente
Diversos estudios relacionan la cafeína con un efecto neuroprotector frente a toxinas ambientales, disminuyendo el riesgo de párkinson.

6. Usar purificadores de aire
El aire interior puede contener partículas y gases asociados al párkinson. Dorsey recomienda el uso de purificadores y evaluar la calidad del aire en hogares, escuelas y lugares de trabajo.

7. Filtrar el agua
Exponerse a químicos en el agua potable incrementa significativamente el riesgo de la enfermedad. Filtrar el agua es una medida sencilla y efectiva para reducir pesticidas y compuestos peligrosos.

8. Redoblar precauciones durante la jardinería
El uso de herbicidas y pesticidas domésticos aumenta el riesgo de párkinson: 160 días de exposición a herbicidas eleva la probabilidad en un 70%, y la exposición a insecticidas en un 50%. Se recomienda usar guantes, mascarilla y evitar productos con glifosato.

9. Revisar etiquetas de productos del hogar
Sustancias como los piretroides (presentes en collares antipulgas, aerosoles y ropa) se han vinculado con la pérdida de células nerviosas productoras de dopamina. Es fundamental mantener a los niños alejados y limitar su exposición.

Aunque la genética influye en el desarrollo del párkinson, los contaminantes ambientales y las elecciones diarias juegan un papel determinante. Adaptar hábitos cotidianos, desde la alimentación hasta la limpieza del hogar, puede marcar la diferencia en la prevención y el control de esta enfermedad, ofreciendo a millones de personas la posibilidad de vivir con mayor salud y autonomía.

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