Por qué los avances en cardiología ya permiten vivir 100 años, según los expertos
Gracias al cateterismo se evitan daños del músculo cardíaco y las intervenciones son mínimamente invasivas, por lo que se amplía la expectativa de vida
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Gracias a los procedimientos de cateterismo, en la actualidad es posible alcanzar una esperanza de vida de hasta 100 años, según los especialistas en cardiología intervencionista.

A pocas horas del inicio del Congreso Internacional SOLACI-CACI 2024 en Buenos Aires, que se celebrará del 7 al 9 de agosto y reunirá a más de 4 mil profesionales de esa especialidad médica de numerosos países del mundo, el doctor Diego Grinfeld, cardioangiólogo intervencionista y Presidente del Congreso, destacó que “particularmente en los casos de infartos agudos de miocardio tomados a tiempo, la desobstrucción de la arteria obstruida ofrece un panorama impensado hace 30 o 40 años atrás. Con el cateterismo logramos evitar daño en el músculo cardíaco, y eso redunda en una mejor condición de salud del paciente y en menores secuelas de discapacidad”.

La Cardiología Intervencionista, también conocida como Hemodinamia, se dedica a realizar procedimientos diagnósticos y terapéuticos mínimamente invasivos en los vasos sanguíneos y el corazón. Estos procedimientos se llevan a cabo con el uso de pequeños tubos denominados catéteres, y de ahí proviene el término cateterismo.

Actualmente, se realizan diversas intervenciones mínimamente invasivas, tanto diagnósticas como terapéuticas. Entre ellas, destacan la angiografía coronaria, las angioplastias con stent, los reemplazos de válvulas cardíacas, especialmente de la válvula aórtica y mitral, y procedimientos extracardíacos, como la angiografía en las arterias cerebrales, el cateterismo de las arterias de las piernas, de la arteria hepática y de las arterias renales.

En Argentina, se realizan anualmente cerca de 250 mil procedimientos por cateterismo, según el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) y su Registro Nacional de Procedimientos del año 2022. De estos procedimientos, aproximadamente el 50% son intervenciones de diagnóstico coronario (angiografías), mientras que un 30% corresponde a terapéuticas coronarias (angioplastias e implantes valvulares). El 20% restante incluye prácticas en los miembros inferiores para resolver obstrucciones arteriales y venosas, así como procedimientos de desoclusión de las arterias carótidas, hepáticas y renales.

Ese Registro del CACI también contabilizó entre 70 y 75 mil procedimientos terapéuticos coronarios (angioplastias) anualmente. En promedio, se utilizan entre 1,4 y 1,6 stents por intervención, lo que implica que en Argentina se colocan aproximadamente 110 mil stents coronarios cada año.

Gracias a la moderna aparatología y métodos de diagnóstico, hoy es posible detectar y tratar tempranamente muchas enfermedades vasculares, incluso cuando no presentan síntomas claros. En la mayoría de los casos, el procedimiento implica la desobstrucción de una arteria o vena bloqueada por la acumulación de placas. También puede ser necesaria la reparación o el reemplazo de una válvula enferma.

“Todas estas intervenciones contribuyen, en parte, a la reducción de la mortalidad cardiovascular, permitiendo que hoy ya no sea impensado que una persona viva 100 años. Además, logran hacerlo con una buena calidad de vida. Tengamos en cuenta que el posoperatorio es reducido en días de recuperación, en ocasiones hasta ambulatorios, y rápidamente en la mayoría de las prácticas las personas retoman sus actividades diarias al cabo de una semana”, afirmó la doctora Carla Agatiello, Presidente del Comité Científico del Congreso.

Las enfermedades cardiovasculares más comunes son crónicas, lo que implica que pacientes que se someten a una revascularización coronaria o a un recambio valvular en sus 60 o 70 años probablemente vivirán más tiempo y necesitarán procedimientos adicionales en el futuro, dijeron los especialistas organizadores del Congreso. Según estudios, repetir una angioplastia o colocar una segunda válvula por vía endovascular presenta menor riesgo en comparación con una segunda cirugía a corazón abierto, que conlleva un mayor riesgo de complicaciones.

Otra ventaja significativa del cateterismo es que los tratamientos endovasculares pueden repetirse con facilidad y con prácticamente el mismo riesgo que la intervención inicial, indicaron los expertos.

“La sumatoria de diagnóstico temprano, procedimientos mínimamente invasivos efectivos y que pueden repetirse sin incrementar el riesgo y la disponibilidad de medicamentos innovadores de última generación, nos ha permitido prolongar la sobrevida y disminuir la mortalidad en general. También contribuyen el mejor control de algunos factores de riesgo como el tabaquismo, el colesterol elevado y, en parte, la hipertensión. Sin embargo, aún nos quedan asignaturas pendientes como combatir otros factores de riesgo” enunció el doctor José A. Álvarez, Director del Área Web del Congreso.

Los procedimientos mínimamente invasivos no requieren grandes incisiones quirúrgicas y, en la mayoría de los casos, solo necesitan sedación leve en lugar de anestesia general. Según los especialistas, estos procedimientos se realizan tanto en centros privados como en hospitales públicos. Dependiendo del tipo de intervención, los pacientes pueden recibir el alta a las 24 horas o incluso el mismo día.

“En este Congreso SOLACI-CACI 2024, que se realiza cada 3 años en la Argentina y que, si bien nació como latinoamericano, hoy ha trascendido fronteras y representa uno de los encuentros científicos más importantes de la especialidad a nivel mundial, se está haciendo una puesta al día de los distintos tipos de intervenciones: desde el tratamiento de cardiopatías congénitas pediátricas, procedimientos intrauterinos o en niños prematuros de muy bajo peso y reemplazo de válvulas y angioplastias expresó el doctor Rubén Piraino, cardioangiólogo intervencionista, expresidente del Congreso SOLACI-CACI en 2017.

“Entre otros, desde hace algunos años se realiza por cateterismo el implante percutáneo de la válvula aórtica (TAVI por su sigla en inglés), que es una técnica moderna de gran crecimiento en el mundo entero, que nos permite reemplazar la válvula aórtica dañada sin necesidad de abrir el esternón, con excelentes resultados, inclusive en pacientes mayores de 80 años; esta condición, antes del TAVI, en estos pacientes era de muy mal pronóstico”, consignó el doctor Juan José Fernández, Presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).”Además del TAVI, se realizan en forma rutinaria en mayores de 80 años angioplastias para tratar obstrucciones en las arterias coronarias y en los miembros inferiores”, completó.

El Congreso SOLACI-CACI 2024

En el Hotel Hilton de Buenos Aires se celebrará el Congreso SOLACI-CACI 2024, que contará con la colaboración de destacadas sociedades internacionales. Según la información del CACI, estarán presentes la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), la Fundación de Investigación Cardiovascular (CRF) con su conferencia Terapéutica Cardiovascular Transcateter (TCT) y el Consenso de Expertos en Intervenciones Percutáneas (SCAI). Además, participarán sociedades locales como la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Cardiología (FAC), entre otras.

Las principales autoridades del Congreso SOLACI-CACI 2024 serán el doctor Marcelo Araya (Chile) como Presidente de SOLACI, el doctor Juan José Fernández (Argentina), como Presidente del CACI, el doctor Diego Grinfeld (Argentina) como Presidente del Congreso y la doctora Carla Agatiello (Argentina) como Presidente del Comité Científico del Congreso. /Con información de Infobae-