Aunque a menudo parezcan tranquilos y pasen horas dormidos, los gatos son criaturas curiosas y con una energía que necesita estímulo constante. Pensando en esa necesidad, nació Ebo, un pequeño robot esférico diseñado no solo para entretener a tu felino cuando no estás en casa, sino también para mantenerlo activo y acompañado.

A simple vista podría confundirse con un juguete tecnológico como el famoso Sphero, pero Ebo esconde mucho más. Este robot es completamente autónomo: sabe cuándo quedarse sin energía, busca su estación de carga y se prepara para otra ronda de juego. Una vez en movimiento, escanea su entorno, detecta obstáculos y, gracias a un sistema de reconocimiento facial, busca al verdadero protagonista: tu gato.

Lo fascinante de Ebo es que no se limita a rodar por la casa. Imita los movimientos de una presa para despertar el instinto felino: sacude una pequeña cola plumosa, emite sonidos sutiles y proyecta un punto de luz en el suelo con un puntero láser de baja intensidad. Sus desplazamientos, guiados por inteligencia artificial, son impredecibles, lo que mantiene la atención del gato incluso en los más perezosos. Además, es resistente a golpes y, si llega a volcarse, se reincorpora de inmediato, listo para seguir con la diversión.

Pero Ebo no es solo un juguete. Conectado al WiFi y controlado desde una aplicación móvil, se convierte también en un puente entre el dueño y su mascota. Incorpora una cámara de 1080p, micrófono y altavoz que permiten vigilar, grabar, tomar fotos e incluso hablar con el gato desde cualquier lugar. Así, no solo juega: crea la sensación de compañía, aunque estemos lejos.

La app ofrece la posibilidad de programar sesiones de juego automáticas, como si fuera un robot aspirador, pero dedicado al ocio gatuno. Y la acogida ha sido inmediata: en Kickstarter ya ha recaudado cerca de 200.000 dólares, cuando sus creadores apenas pedían 4.600 para arrancar. Su envío está previsto para finales de diciembre.

El precio de la versión básica es de 159 dólares, mientras que la versión Pro, con accesorios intercambiables y un collar que mide la actividad del gato, cuesta 218 dólares. Una inversión que va más allá de un simple juguete: es un compañero que mantiene a los gatos estimulados, felices y, sobre todo, menos solos.

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