Durante años, la cafeína ha sido vista con recelo por quienes padecen problemas cardíacos. Sin embargo, un reciente estudio clínico sugiere que esa percepción podría cambiar. Beber al menos una taza diaria de café con cafeína no solo sería seguro, sino que podría ofrecer una protección significativa frente a la fibrilación auricular, una de las arritmias más comunes y preocupantes.
Los hallazgos provienen del estudio DECAF, liderado por el doctor Gregory Marcus, de la Universidad de California en San Francisco, cuyos resultados fueron presentados en la conferencia anual de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) en Nueva Orleans. Este ensayo clínico marca un punto de inflexión en la manera en que la medicina observa la relación entre el café y la salud cardiovascular.

Un estudio que desafía los mitos
El ensayo incluyó a 200 adultos mayores, la mayoría hombres, diagnosticados con fibrilación auricular o aleteo auricular, todos sometidos a cardioversión eléctrica entre 2021 y 2024 en hospitales de Estados Unidos, Canadá y Australia. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno debía consumir al menos una taza de café con cafeína al día, mientras el otro debía abstenerse por completo de cualquier producto con cafeína durante seis meses.
Los resultados fueron sorprendentes. Solo el 47% de los participantes que bebieron café sufrieron una recurrencia de la arritmia, frente al 64% del grupo de abstinencia, lo que equivale a una reducción relativa del 39% en el riesgo de recurrencia. Además, el tiempo hasta el primer episodio fue mayor entre los bebedores de café, sin que se registraran efectos adversos relevantes.
“Me impresionó la magnitud del efecto protector del café”, reconoció Marcus, quien destacó que la evidencia apunta a un beneficio real del consumo moderado.
Una taza que ofrece tranquilidad
La doctora Johanna Contreras, cardióloga del Hospital Mount Sinai Fuster de Nueva York, subrayó que el hallazgo más importante es la seguridad de una taza diaria de café para quienes padecen fibrilación auricular. “La respuesta a la cafeína varía entre individuos, pero la moderación es clave”, explicó.
Otros especialistas, como el doctor José Joglar, del UT Southwestern Medical Center, coincidieron en que la cafeína “no merece la mala reputación que tiene”. Según sus investigaciones, el consumo habitual de café no incrementa el riesgo de desarrollar fibrilación auricular incidental. En la misma línea, el doctor David Kao, de la Universidad de Colorado, celebró los resultados: “Es un alivio para muchos pacientes que pensaban que su café diario era el culpable de su condición”.
Moderación, la clave del equilibrio
Las recomendaciones de la American Heart Association no prohíben el café para quienes padecen fibrilación auricular, aunque insisten en una evaluación personalizada. En personas sanas, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) considera seguro consumir hasta 400 miligramos de cafeína diarios, el equivalente a cuatro o cinco tazas de café.
Sin embargo, los expertos advierten que la tolerancia a la cafeína varía y que un consumo excesivo —como seis o más tazas al día o la mezcla con bebidas energéticas— puede provocar nerviosismo o elevar la frecuencia cardíaca. Por ello, recomiendan consultar al médico antes de modificar los hábitos de consumo, especialmente en pacientes con otras enfermedades cardiovasculares.
Más allá de la cafeína: el papel de los compuestos del café
Los investigadores del estudio DECAF apuntan que el beneficio podría deberse no solo a la cafeína, sino también a compuestos antiinflamatorios presentes en el café. Estos podrían influir positivamente en la función del sistema nervioso y en la reducción de la inflamación cardíaca, aunque aún se requieren más estudios para confirmar el mecanismo exacto.
El ensayo, no obstante, tiene limitaciones: se centró exclusivamente en pacientes con fibrilación auricular controlada o resuelta, por lo que los resultados no se aplican a quienes presentan episodios activos o no controlados de la arritmia. Tampoco evaluó el efecto de bebidas energéticas o café descafeinado, ni consideró diferencias dietéticas o de actividad física.
Una nueva mirada a un viejo hábito
En definitiva, el estudio DECAF invita a reconsiderar la relación entre el café y la salud del corazón. Para quienes disfrutan de esa taza diaria que acompaña el amanecer o la conversación de media tarde, la ciencia ofrece un mensaje alentador: el café, tomado con equilibrio y bajo supervisión médica, puede no solo reconfortar el espíritu, sino también proteger el corazón.
Un pequeño placer cotidiano que, lejos de ser un riesgo, podría convertirse en un aliado silencioso de la vida.
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