El uso prolongado de dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas, videojuegos y televisores podría estar afectando seriamente la salud del corazón en niños y adultos jóvenes, según revela un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Association. La investigación, basada en datos de más de 1.000 participantes en Dinamarca, advierte sobre el vínculo entre el tiempo frente a las pantallas y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas, como hipertensión, colesterol elevado y resistencia a la insulina.

Uno de los hallazgos más relevantes es que este riesgo se intensifica entre quienes duermen menos horas, lo que sugiere que el uso excesivo de pantallas no solo roba tiempo para la actividad física, sino también para el descanso necesario, afectando así múltiples aspectos de la salud metabólica.
Los investigadores analizaron a dos grupos: niños de 10 años y jóvenes de 18, y observaron que aquellos que dedicaban más tiempo a actividades recreativas frente a pantallas, especialmente en horarios nocturnos, presentaban mayores señales de riesgo cardiometabólico. El sueño reducido y los horarios tardíos para acostarse parecen agravar significativamente este impacto, al alterar los ritmos circadianos y dificultar el inicio y la calidad del descanso.
Estos hallazgos se suman a una creciente preocupación en la comunidad médica. En 2023, la Asociación Estadounidense del Corazón ya había advertido que apenas el 29 % de los jóvenes estadounidenses entre 2 y 19 años presentaban una salud cardiometabólica óptima, y que este deterioro comienza cada vez a edades más tempranas.
Aunque el estudio no establece una relación causa-efecto directa ya que se basa en datos observacionales reportados por los padres, sí plantea una señal de alarma sobre el estilo de vida digital moderno. Los expertos subrayan la importancia de abordar estos hábitos desde la infancia, incluyendo el tiempo frente a pantallas como un factor de riesgo más dentro de la orientación pediátrica, al igual que la alimentación o el ejercicio.
Finalmente, los autores recomiendan que futuras investigaciones profundicen en el impacto de limitar el uso de dispositivos antes de dormir, una práctica que podría ayudar a proteger no solo el descanso, sino también la salud cardiovascular a largo plazo.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae y está protegido por derechos de autor. Todos los derechos reservados a Infobae. Puedes consultar el artículo original en su (https://www.infoabe.com).